- ¿Ha comprado vd. canciones mp3 por la red?
- ¿ha pagado por documentos/informes .pdf de pago?
- ¿Ha usado su Visa para pagar una licencia de software desde su ordenador?
Para qué nos vamos a engañar, casi seguro que has contestado que no a las tres preguntas. Si eres un internauta avezado, tal vez podrías haberme contestado que sí a alguna de estas otras:
- ¿Has comprado algún libro en Amazon u otras librerías online?
- ¿Algún regalo en la Fnac?
- ¿Algún chisme para tu ordenador o accesorio musical?
- ¿Un billete de avión?
La diferencia entre los dos grupos de compras es que las del primer grupo son compras de elementos virtuales, que fácilmente se pueden copiar (piratear si así lo prefieres llamar) utilizando la propia red.
El segundo grupo de cosas son precisamente éso: cosas; objetos físicos del mundo real que compramos usando las ventajas que nos permite Internet. Pero son objetos idénticos a los que podemos comprar en una calle de tiendas.
Por otro lado, no nos engañemos, España es un país donde los índices de lectura no es que sean muy altos que digamos, especialmente de prensa generalista.
Así, si se trata de que la gente (sobre todo los jóvenes) lean un periódico entero (con los contenidos y secciones casi idénticos a la edición papel), en una pantalla de ordenador (que maltrata la vista y se lee más despacio) y encima, se pretente que pagues por ello... pues al final la cosa no sale bien.
Eso le ha pasado a El Pais.es. Pensaron que el mercado estaba ya lo suficientemente maduro como para que los lectores quisieran pagar en la red por tener casi lo mismo que en papel. De hecho, casi ni eso, pues los suplementos no estaban disponibles en la versión digital.
¿Cuál era el valor añadido que ofrecía entonces la edición digital para que valiera la pena pagar por él?. Lo confieso, yo he sido uno de los 42.000 suscriptores digitales. Pero no por ello dejé de comprar la edición impresa con cierta frecuencia. En realidad, más que por la edición digital, mi suscripción, e imagino que unas cuantas más, se debía a la hemeroteca. Tener todos los ejemplares a un tiro de clic o de buscador valía la pena.
Pero la inmensa mayoría de ciudadanos no tiene mayor interés en la hemeroteca de un periódico, por ello se veía claro que el modelo estaba condenado al fracaso económico, además de la pérdida de imagen que significa caer en picado en todos los rankings de lectores desde el momento en el que se cierra el acceso al periódico digital.
Ahora maquillan un poco los servicios a suscriptores, precisamente parecen potenciar los aspectos por los que gente como yo se suscribió: por servicios de valor añadido, no por las noticias del día. Juan Varela (Periodistas 21) especifica estos servicios:
- Acceso completo al servicio de abonados de LeMonde.fr, incluyendo la posibilidad de crear blogs.
- Emisión en directo de CNN+, una nueva experiencia de televisión informativa por la Red, embrión de futuras apuestas.
- Emisión de sus cadenas de radio: SER, 40 Principales, Cadena Dial, M80 Radio, Máxima FM y Sinfo Radio.
- Acceso en tiempo real al teletipo de EFE.
- Nuevas páginas con publicidad limitada para suscriptores. Responden así a una de las principales quejas recibidas: la saturación publicitaria para quienes pagan el servicio.
Tal como le pasa a Juan Varela, tampoco tengo claro que esos nuevos servicios sean suficientes para mantener los (pocos) suscriptores actuales, mucho menos para aumentar su cifra.
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