lunes, mayo 31, 2004

Asesinato y suicidio del periodismo


El Periodismo ha muerto


El periodismo ha muerto. Las prácticas periodísticas son como un vasto campo yermo en el que otrora proliferaban miríadas de flores multicolor y donde, ahora, cuando una tímida florecilla periodística pugna por brotar es arrancada de cuajo por la mano del Gran Hermano, o bien ella misma, al ver la devastación que le rodea, se suicida cerrando sus pétalos a la caricia vital de la luz solar.

Que periodistas y periódicos están, en mayor o menor grado, controlados por los grandes del planeta, o del pueblo, en su caso, no debería sorprender a nadie. Lo que me sorprende es que le llame la atención a The New York Times la facilidad con que la propia prensa se autocensura. Así parece manifestarlo un artículo de Paul Krugman (también disponible en IBLNEWS) en el que relata cómo el miedo a represalias o, simplemente, a perder pequeños privilegios profesionales, tales como el acceso a una fuente, está haciendo que se haga la vista gorda ante ciertas tropelías, se baje el grado de rigor o que se difundan noticias pseudopropagandísticas, a todas luces falsas para cualquier periodista mínimamente informado.

Eso es lo peor de todo: el no dar siquiera una oportunidad al periodismo, el no forzar al Gran Hermano de turno a hacer uso de sus medios, el ser más papista que el papa.

Al final va a resultar que Florentino Pérez es uno de los responsables indirectos de la muerte del periodismo. No, no tiene que ver con el fútbol, bueno sí, un poco también, pero ese es otro tema (las adormideras de conciencias), pero ahora me refería a que todos tenemos una hipoteca que pagar...

viernes, mayo 28, 2004

Asentir y callar


Donde hay patrón no manda marinero. Donde domina el Gran Hermano los demás asienten y callan. Ello explica dos hechos recientes:
- Por un lado, el gobierno español calla ante las torturas a iraquíes en la Declaración de Guadalajara, evitando hacer mención expresa a EEUU por el asunto de las torturas
- Por otro lado, parece como si nadie quisiera poner la cara para el presunto nuevo gobierno iraquí. En esta ocasión se trata de Shahristani. A priori podría resultar extraño que sea tan complicado encontrar gente dispuesta a aparecer en dicho gobierno... si no fuera porque todo el mundo tiene claro que ese gobierno sería una pantomima en manos del Gran Hermano Bush, y que lo único que se puede sacar de ahí es un buen coche bomba o una ráfaga de metratalleta. Vamos, habrá dicho Shahristani, no me manden más jamones que tengo la casa llena.

Y mientras tanto, el cinismo de EEUU da una nueva vuelta de tuerca (y van ya...). Ahora resulta que EEUU reacciona al informe de Amnistía Internacional, diciendo que con la guerra de Irak protege los derechos humanos. Ya estamos con la neolengua: 'proteger' es 'violar'.

Y en su casa a lo suyo. A meter el miedo a la gente en el cuerpo cuando baja la popularidad o se acercan elecciones. El Gran Hermano necesita constantes y amenazantes peligros para que la población olvide o minimice su repulsa por el presidente (no electo) que tienen y sus desmanes a lo largo y ancho del mundo. Ahora nos sale con una nueva y, eso sí, indeterminada pero inminente, amenaza terrorista.

Pues nada, a asentir y callar.


martes, mayo 25, 2004

El 'martirizador eléctrico' aún no funciona con puerto USB





—Hay una consigna del Partido sobre el control del pasado. Repítela, Winston, por favor.
—El que controla el pasado controla el futuro; y el que controla el presente controla el pasado —repitió Winston, obediente.
—El que controla el presente controla el pasado —dijo O'Brien moviendo la cabeza con lenta aprobación—. ¿Y crees tú, Winston, que el pasado existe verdaderamente?
…/… Te lo explicaré con más precisión. ¿Existe el pasado concretamente, en el espacio? ¿Hay algún sitio en alguna parte, hay un mundo de objetos sólidos donde el pasado siga acaeciendo?
—No.
—Entonces, ¿dónde existe el pasado?
—En los documentos. Está escrito.
—En los documentos... Y, ¿dónde más?
—En la mente. En la memoria de los hombres.
—En la memoria. Muy bien. Pues nosotros, el Partido, controlamos todos los documentos y controlamos todas las memorias. De manera que controlamos el pasado, ¿no es así?
—Pero, ¿cómo van ustedes a evitar que la gente recuerde lo que ha pasado? —exclamó Winston olvidando del nuevo el martirizador eléctrico—. Es un acto involuntario. No puede uno evitarlo. ¿Cómo vais a controlar la memoria? ¡La mía no la habéis controlado!
…/…
—¿Cuántos dedos hay aquí, Winston? —Cuatro.
—¿Y si el Partido dice que no son cuatro sino cinco? Entonces, ¿cuántos hay?
—Cuatro.
La palabra terminó con un espasmo de dolor. La aguja de la esfera había subido a cincuenta y cinco. A Winston le sudaba todo el cuerpo. Aunque apretaba los dientes, no podía evitar los roncos gemidos. O'Brien lo contemplaba, con los cuatro dedos todavía extendidos. Soltó la palanca y el dolor, aunque no desapareció del todo, se alivió bastante.
—¿Cuántos dedos, Winston?
—Cuatro.
La aguja subió a sesenta.
—¿Cuántos dedos, Winston?
—¡¡Cuatro!! ¡¡Cuatro!! ¿Qué voy a decirte? ¡Cuatro!
La aguja debía de marcar más, pero Winston no la miró. El rostro severo y pesado y los cuatro dedos ocupaban por completo su visión. Los dedos, ante sus ojos, parecían columnas, enormes, borrosos y vibrantes, pero seguían siendo cuatro, sin duda alguna.
—¿Cuántos dedos, Winston?
—¡¡Cuatro!! ¡Para eso, para eso! ¡No sigas, es inútil!
—¿Cuántos dedos, Winston?
—¡Cinco! ¡Cinco! ¡Cinco!
—No, Winston; así no vale. Estás mintiendo. Sigues creyendo que son cuatro. Por favor, ¿cuántos dedos?
—¡¡Cuatro!! ¡¡Cinco!! ¡¡Cuatro!! Lo que quieras, pero termina de una vez. Para este dolor.

1984. Tercera Parte. Cap. II.


Ya lo decía Orwell, si controlas la mente y, además, controlas los documentos, lo demás también es tuyo, y donde hay cuatro dedos habrá cinco si el Gran Hermano así lo decide.
Eso mismito intenta hacer el Gran Hermano Bush doquiera va. Y la tortura de la que hablan algunos medios no es tal, sino sólo un método de gestión de conciencias, si se hace como parte del 'doblepensar', o de gestión de información si, como en Abu Ghraib, se pretende obtener cierta información por la vía rápida.

Las famosas e 'irrefutables' pruebas de Powell


Y tampoco hay mayor problema para controlar la documentación. Que hay que construir pruebas para invadir un país, se construyen; si hay que hacer desaparecer 2.000 comprometedoras páginas de un informe sobre Abu Ghraib se hacen desaparecer y sin problemas.

Pero claro, no cuentan con la popularización de las tecnologías, en general, y con Internet, en particular. No digo que finalmente no lo consigan, y le metan mano también al control de la información y/o contrainformación que se mueve por Internet, pero, de momento, no pueden controlar que algunos soldados hagan fotos y las manden por correo electrónico a sus amigos como recuerdo; o que exista gente que publique cosas más o menos insidiosas en sus blogs.

Existen artilugos como el ambientador USB, pero aún no han inventado el martirizador electrónico vía USB. Aunque mejor me callo y no les doy ideas.

viernes, mayo 21, 2004

Experimento de la Cárcel Stanford: Todos somos torturadores


El Experimento de Stanford 1971
El experimento de Stanford en 1971


El Experimento del Cárcel de Stanford, de 1971, demuestra que personas normales, dentro de un ambiente propiciamente corrupto, terminan por convertirse en demonios capaces de torturar a otras personas normales como ellos. Se trata de un cambio de roles que se produce al involucrarse totalmente en un sistema pensado para hacer el mal.

Obviamente, el que lleva un psicópata dentro lo sacará con más facilidad y rapidez que quien no lo lleva, pero éste experimento venía a demostrar que la raiz del problema es el sistema, no las personas.

Sin disculpar en nada a los soldados que torturaron (o torturan aún) vilmente a otras personas en Abu Ghraib, lo que hay que plantearse es porqué el sistema está pensado de esa manera y, consecuentemente, quién dispone que el sistema sea como es.
Imágenes de Abu Ghraib
Imágenes recientes de Abu Ghraib


A los que plantearon el sistema, contrataron mercenarios, propiciaron las torturas por activa o por pasiva... a esos no he visto que ningún tribunal les condene.

jueves, mayo 20, 2004

Carne de cañón


"También pudiera ser que Withers o alguno relacionado con él hubiera sido acusado de tendencias heréticas. O quizás —y esto era lo más probable— hubiese ocurrido aquello sencillamente porque las «purgas» y las vaporizaciones eran parte necesaria de la mecánica gubernamental." 1984 Cap. IV.

Carne de cañón: El soldado Jeremy Sivits

EEUU ya ha solucionado el asunto de las torturas a presos iraquíes. Le endosa el muerto a un pringado y listos. El soldado Jeremy Sivits, soldado raso, declarado culpable de torturas y a otra cosa mariposa. Y Bush y Rumsfeld de cháchara con el bigote andante llamado Ánsar.

¿Qué es el terrorismo?

Según el diccionario:
1. m. Dominación por el terror.
2. m. Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror.

Veo, con pavor, que no indica esa definición nada relativo a quién ejerce esos actos de violencia. Es decir, que para el diccionario, terrorismo es el acto de violencia ejecutado para infundir terror, que puede ser realizado tanto por el que es un simple ciudadano con un cinturón de explosivos, como por el gobierno que manda un helicóptero Apache a matar unos cuantos manifestantes en Gaza (más de 20) o a los asistentes a una boda en Irak (unos 40). Aunque claro, tal vez cuando es el estado de turno el que mata no lo hace con intención de causar terror, tal vez sólo busca un simple genocidio. Ahh, bueno, si es así no hay problema.

Y no, no hay problema, pues EEUU hace la vista gorda mientras mueren en Gaza y no dice ni pio de los muertos en la boda.

Eso es lo más triste, para ellos todos esos muertos no son importantes. Son sólo... carne de cañón.

martes, mayo 18, 2004

Tenían razón: había armas de destrucción masiva

Por fin aparecieron las tan buscadas armas de destrucción masiva en Irak. Lo único que pasa es que se trata más bien de un petardo, y que el gas sarín que contenía causó más o menos el efecto de una bomba fétida que otra cosa.

Pero bueno, en vista del resto de pruebas irrefutables que usó EEUU para montar esta guerra este hallazgo es lo más parecido a lo que buscaban que hemos tenido hasta ahora.

Quién sabe, lo mismo la CIA es capaz de demostrar que Sadam y Bin Laden coincidieron alguna vez en alguna parte del mundo al mismo tiempo. Tal vez, como apunta Michael Moore, estuvieron juntos los dos en la casa de Bush para hacer negocios con lo del petróleo, que es el verdadero hilo conductor entre los tres personajes éstos.

Entretanto, el PP, como arma arrojadiza de cara a las elecciones europeas, saca el tema del GAL por aquello de las torturas a presos en Irak y que el Pisuerga pasa por Valladolid. Si estos son los mejores argumentos del PP de cara a los próximos comicios es que están peor de lo que yo pensaba.

Y Ánsar cubriéndose de gloria, a él, a su partido y, digo yo que también, a España, diciendo en la tierra de las libertades (dejénme que me ria un rato) que no deberíamos haber salido de Irak, que las elecciones las ganó Al Qaeda, y que lo de las torturas son cosas de los zagales, y qué se le va a hacer.


sábado, mayo 15, 2004

Tribunal Penal Internacional ¿para qué?




Los militares de EEUU en Irak han puesto en la calle a más de trescientos prisioneros de la prisión militar de Abu Ghraib.

Al igual que no les dieron explicaciones para su encarcelamiento tampoco se las dan para su salida de aquel infierno.

Lo que me sorprende es que nadie clame al cielo por el hecho de la excarcelación, pues está claro que no se les puede poner en la calle por las buenas.

Veamos: Si eran terroristas peligrosos y se les suelta así porque sí están poniendo en la calle a asesinos peligros. Pero... si no son peligrosos terroristas ¿qué son? ¿qué hacen allí? ¿porqué los metieron allí?.

Viendo divertirse a la soldado Lynndie England entiendo porqué EEUU no reconoce el Tribunal Penal Internacional.

viernes, mayo 14, 2004

Lula se pone nervioso




Yo era pesimista respecto a Lula cuando llegó al poder. Brasil estaba demasiado mal como para que la reforma que pretendía Lula fuera posible. Además, dejaba claro desde el principio que sus objetivos eran acabar con la injusticia y volcarse con los pobres. Y eso implicaba eliminar o restringir los privilegios de los más poderosos, desde los grandes latifundistas, en muchos casos aún practicantes de esclavismo puro y duro, hasta los funcionarios, una clase media acomodada no dispuesta a renunciar a sus privilegios.

Efectivamente, le está resultando duro. Sin dinero y sin el apoyo de los poderosos (vamos, los que tienen el poco dinero que hay) poco se puede hacer.

El tipo de política que pretende Lula tampoco gusta en ciertos sectores que manejan el cotarro en el resto del mundo, como se entrevió en sus fugaces presencias en Porto Alegre y Davos.

La expulsión del país del periodista que escribió un artículo en el New York Times, en el que se le tilda de borracho e irresponsable en su gestión por culpa del alcohol, es un síntoma de que sus ideas no gustan a los poderosos del planeta y también de que empieza a ponerse nervioso.

No parece coherente la reacción de expulsar a un periodista por muy disparatado que sea lo que éste escriba. Ese tipo de hechos son los que marcan las diferencias entre una democracia, una república bananera y una democracia mediopensionista.

Tal vez la intención de aquel artículo era precisamente desprestigiar a Lula, pero no ya con el texto en sí, cuasi anecdótico, sino poniendo un cebo para propiciar una reacción de este tipo. Lula está nervioso, mordió el anzuelo. O... tal vez, simplemente, somos como Jekyll y su Hyde, y todos llevamos un Gran Hermano dentro.