Se supone que, de ser cierto, lo último que le conviene a las autoridades es divulgarlo alegremente filtrándolo a la prensa ¿no?. Más que nada porque cuanta más información des a los terroristas más capacidad de reacción tendrán. ¿O no?.La policía británica cree que una tercera célula islamista prepara nuevos atentados en Londres
Las autoridades de seguridad británicas creen que, tras los atentados del 7-J y el 21-J, aún sigue activa una tercera célula terrorista de extremistas islámicos que prepara más atentados contra objetivos accesibles como los transportes públicos en Londres, según revela hoy el semanario 'The Sunday Times'.
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Bueno, salvo que lo que se persiga con la filtración no sea tanto el cazar a los terroristas, que sí que los andarán buscando, claro, como el acojonar a la población civil bien acojonadita. ¿Porqué?. El caso reciente de EEUU ya debería habernos servido de claro ejemplo: población asustada hace piña en torno al lider (ahora también Gran Hermano de turno), le deja hacer lo que sea "en nombre de la seguridad". Encima le están agradecidos, y tienen miedo al cambio (virgencica virgencica que me quede como estoy) y, por tanto, aumenta su popularidad y le vuelven a votar por aclamación en las siguientes elecciones.
¿Muy simple?. Pues sí, el razonamiento es muy simple. Y de lo simple que es me da hasta miedo, porque se cumple casi como ley científica. Pero me temo que los tiros van precisamente por ahí.
Algunos mecanismos psico-emocionales humanos funcionan de manera muy simple y predecible. Y el Gran Hermano lo sabe, y aprovechará toda oportunidad que tenga en su beneficio.
Lo que interesa no es la moral de las masas, cuya actitud no importa mientras se hallen absorbidas por su trabajo, sino la moral del Partido mismo. Se espera que hasta el más humilde de los miembros del Partido sea competente, laborioso e incluso inteligente —siempre dentro de límites reducidos, claro está—, pero siempre es preciso que sea un fanático ignorante y crédulo en el que prevalezca el miedo, el odio, la adulación y una continua sensación orgiástico de triunfo. En otras palabras, es necesario que ese hombre posea la mentalidad típica de la guerra. No importa que haya o no haya guerra y, ya que no es posible una victoria decisiva, tampoco importa si la guerra va bien o mal. Lo único preciso es que exista un estado de guerra.
1984. Parte II, cap. III. La guerra es la paz