Mal momento para algunas libertades básicas, como la de expresión, controlada por el poder económico-político. Este blog hace guiños a la obra de Orwell y ejerce la libre expresión, sobre temas de información y comunicación, antes de que ésta sea controlada del todo por los poderosos.
viernes, junio 25, 2004
Neolengua en la prensa escrita: El Mundo y la ley de violencia sobre las mujeres.
Podemos leer hoy en la edición digital de El Mundo:
"El Consejo de Ministros aprobará la ley contra la violencia de género ignorando el dictamen del CGPJ'
'A pesar del informe aprobado por el CGPJ en el que se advierte de la inconstitucionalidad del anteproyecto de ley de violencia sobre las mujeres, el Consejo de Ministros dará hoy luz verde al texto sin alterar su filosofía y espíritu, aunque atendiendo algunas de las recomendaciones sugeridas por órganos consultivos como el Consejo de Estado"
El propio texto completo de la noticia aclara que el gobierno tendrá en cuenta algunas de las apreciaciones de diversos órganos, incluido el CGPJ.
¿En qué quedamos? ¿ignora o tiene en cuenta? ¿O acaso ya estamos con otra expresión a añadir al diccionario de la neolengua? ('ignorar' es 'tener en cuenta')
En cuanto a la ley en sí, me resulta sorprendente el grado de celo puesto por el CGPJ en la igualdad sobre la desigualdad, en decir que todos debemos ser iguales en los textos legales para que conseguir que así se mantenga la desigualdad de facto.
¿La discriminación positiva es válida para corregir la desigualdad?. Tengo mis dudas. A veces pienso que podría tener el efecto perverso de ayudar a perpetuar la discriminación que se pretendía combatir.
La discriminación positiva hay que usarla con mucho cuidado y, en todo caso, con un plazo previsto: sólo realizarla mientras sea patente un alto grado de desigualdad. Cuando esa desigualdad se va a atenuando hay que cesar inmediatamente la sobrecompensación.
¿Está bien que las chicas no paguen en las discotecas? ¿Y que, como ocurría en la época de mili obligatoria, no tuvieran que hacer la mili?.
Así, aunque necesarias para compensar situaciones y hechos, me temo que para una parte de la población machista este tipo de acciones les ayuda a reafirmarse en lo natural del hecho de la discriminación. Les recuerda cada día 'quién manda', y se lo creen. Ya tenemos, por tanto, un círculo vicioso: la misma acción que debe compensar la discriminación, por un lado la compensa y, por otro, propicia su perpetuación.
Es lo del pez y la caña de pescar. Además del pez, es decir, cambiar las situaciones (que es por donde se mueve la ley), hay que intentar conseguir la caña, y para ello debe cambiar el pensamiento, y eso es difícil forzarlo. Mientras existan hombres que se consideren con derecho a pegar a una mujer simplemente por ser mujer este tipo de leyes sólo serán parches.
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