En realidad, en la foto de Las Azores había cuatro, no tres. No obstante, en nuestro empeño por ningunear al país vecino, hasta hicimos desaparecer de la foto a Barroso, el anfitrión de aquella diabólica reunión.
Ahora, esa UE que parecía mayoritariamente contraria a la guerra de Irak (hay que esperar a ver el precio final que tiene que pagar Blair por aquel apoyo) premia a uno de los promotores, en este caso más en la sombra, promocionando a Durao Barroso a presidente de la UE.
Cabe preguntarse si, en realidad, ese cargo es un premio o un castigo. Si es un premio, a mí que me borren de esta UE, y si es un castigo significará que los propios representantes europeos son euroescépticos. Pues también, que me borren.
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