sábado, julio 02, 2005

Hoy también soy gay

No estamos legislando, Señorías, para gentes remotas y extrañas. Estamos ampliando las oportunidades de felicidad para nuestros vecinos, para nuestros compañeros de trabajo, para nuestros amigos y para nuestros familiares, y a la vez estamos construyendo un país más decente, porque una sociedad decente es aquella que no humilla a sus miembros.

José Luis Rodríguez Zapatero

La ley de matrimonio homosexualNunca me ha parecido algo especialmente honroso el SER como uno es. Lo que sí me ha parecido motivo de honra el HACER cosas buenas por los demás. Uno es como es, y punto. Por eso siempre me pareció fuera de lugar una manifestación como la del día del orgullo gay.

Sin embargo, últimamente empiezo a entender la necesidad de ese tipo de manifestaciones. Pensé que en este país los reductos de intolerancia, en este caso homófoba, eran algo totalmente marginal, y que, por tanto, a estas alturas de la película no venía a cuento echarse a la calle como si el ser gay fuera algo injustamente perseguido desde la oficialidad.

Lo que pasa es que, visto lo visto en las últimas semanas, estoy comprendiendo que el núcleo de población intolerante de este país es mucho mayor y mucho más agrio de lo que yo pensaba antaño.

En esas circunstancias, no sólo entiendo desfiles como el de hoy, sino que lo suscribo y lo apoyo expresamente.

Con motivo de la ley que hoy se publica en el BOE, algunos se rasgan las vestiduras, básicamente porque con ella les han quitado un poquito de ese privilegio represor que desde antaño han tenido (expresa o tácitamente). Es decir, les han limitado su capacidad de prohibirles a los demás hacer cosas, de decirles a los demás lo que pueden y no pueden hacer. Les recuerdo que esa capacidad prohibitiva no era más que un privilegio, injusto y, en ningún caso, reconocido oficialmente por las leyes del Estado.

Pero que se tranquilicen. Su vida no cambiará si ellos no quieren, claro. Ellos podrán seguir siendo ultracatólicos, flagelarse incluso si así lo desean, contraer matrimonio por la iglesia y con una persona del otro sexo (además de, desde mañana, hacerlo también civilmente con una del mismo sexo).

Podrán ir a colegios del Opus, estudiar en universidades católicas (a las que por cierto, no sólo se les deja hacer libremente, sino que, además, donde gobierna el PP aún les están dando privilegios respecto a la universidad pública). Podrán seguir discriminando a las mujeres dentro de su institución (allá ellas si quieren pertencer a esa institución) y pedir a sus fieles que no gocen de la vida.

Podrán seguir haciendo todo eso. Nadie, ya ven, se lo impide. Pero, lo siento mucho, el meterse en la vida de los demás, ahora lo tienen un poquito más difícil. Afortunadamente.

Estamos en un país democrático, y donde se legisla es en el parlamento, que hemos elegido entre todos. Si tan malo es eso del matrimonio gay ya saben lo que tienen que hacer en las próximas elecciones. Entretanto, quéjense todo lo que quieran, están en su derecho, pero no intenten deslegitimar el parlamento y, por tanto, la democracia.

Pese a esos miles de rancios intolerantes herederos de la Inquisición, que querrán hacernos oir las 7 trompetas del Apocalipsis, creo que hoy somos un país más libre, más justo.

Como dije antes, no me siento especialmente orgulloso de ser nada. Sin embargo, y aunque soy hetero, hoy, al menos por esta vez, yo también soy gay, y me siento orgulloso de ello.

Pulsera gay

7 comentarios:

Logan dijo...

Sabes lo bueno, que los que les votan (al PP) piensan lo mismo que ellos: "no todos debemos tener los mismos derechos". Y eso da un miedo... Yo solo espero que la gente piense y mire que debemos ser todos iguales, aunque sea por su egoismo de pensar: "hoy son ellos los perseguidos; mañana puedo ser yo". Un saludo.

Indio Cacama dijo...

A veces ocurre , que cuando una persona se desenvuelve, en alguna época de su vida, en un ambiente de libertad de pensamiento y expresión , el contacto con las opiniones del resto de la población resulta impactante y casi increíble ; se tiene la sensasión de haber retrocedido en el tiempo varios siglos, pero no , todavía subsisten mentalidades retrógradas en nuestra sociedad global actual.

Anónimo dijo...

A mi me parece bien que los homosexuales puedan formar parejas, y tengan el reconocimiento y derecho legal de las mismas...

Pero afrontémoslo: el hecho de querer llamarlo "matrimonio" es tocar las pelotas.

A mi particularmente me da igual si se casan o no... de hecho (y no sólo lo digo yo, lo dicen muchos amigos homosexuales -que los tengo-), ni siquiera quieren casarse, la mayoria... lo que quieren es "la posibilidad de casarse".

¿Y no les daría igual que eso se llamara "pareja de hecho", o de cualquier otra forma?

En mi opinión, a sabiendas de que el llamarlo "matrimonio" va a causar revuelo social, es lo que dije antes: ganas de tocar los cojones.

Pero en general (que no individualmente) como colectivo, los homosexuales tienden mucho a querer llamar la atención y provocar revuelo, así que esta actitud con el matrimonio, no me extraña nada.

Repito: por mi, si se quieren casar, que se casen, no tengo nada en contra... y que le llamen como quieran. Desde luego, que sean iguales ante la ley que los heteros, EN ESO, estoy completamente de acuerdo.

Y si, tengo amigos (y amigas) homosexuales, y no tengo -absolutamente- nada en contra de ellos como personas. Como colectivo, dejan mucho que desear en la gran mayoría de cosas que hacen (al menos, en las formas).

Y quiero hacer notar... que muchos de mis amigos homosexuales, están de acuerdo en esto último.

A veces no se trata ya de condición sexual, se trata de afán de protagonismo, y eso no me gusta, ni en homosexuales, ni en heterosexuales, ni en gente bajita, ni en personas con 6 dedos en las manos.

Es sólo mi opinión personal, claro.

Juan Carlos García Gómez dijo...

JCL, ya te echaba de menos por aquí.

Pero bueno, al tema. Creo que tú mismo no te das cuenta, pero sí tienes cosas en contra de ellos. Eso es precisamente lo que se desprende del "no tengo nada en contra pero..." Ese "pero"...

Y si realmente quieres igualdad de derechos, eso sólo se consigue asignando la misma figura legal, exactamente la misma, y para eso el nombre tiene que ser el mismo. Si usas otra figura legal ya no tienen los mismos derechos.

Si se optara por dos figuras legales distintas, pero de entrada se le da los mismos derechos a una figura que a otra asunto resuelto ¿no?. Pues no, pues en el próximo gobierno llegará el cambio de rigor: al matrimonio estos derechos y a la otra cosa otros distintos, y ya se acabó la igualdad.

Acho, y no me hables de tocar pelotas, porque vamos... Pedir derechos, mejor dicho, pedir no discriminación, para uno mismo no es tocar las pelotas. Tocar las pelotas es que los obispos de la Iglesia Católica (no civil), que se supone que además no son gays, se echen a la calle a protestar por la forma en que se regulan aspectos del código civil relacionados con personas homosexuales, lugar donde la Iglesia NO PINTA ABSOLUTAMENTE NADA (civil + gay vs eclesiástico + hetero o asexuado).

¿Comprendes la diferencia entre Civil y Eclesiástico?. Creo que de claro revienta y casi me da verguenza tener que decirlo, pero tu comentario parece mezclar lo uno con lo otro. Eso de los obispos es el paradigma del tocapelotispo: ser eclesiástico y hetero (se supone) y querer decidir lo que tiene que ver con lo civil y gay. Vamos, la Iglesia católica tiene la misma relación con esta ley que yo con la crianza de marsupiales en cautividad.

Si lo ves como tocar las pelotas es porque lo consideras fuera de lugar, es decir, algo como que "no deberían ni abrir la boca porque bastante bien les va para que encima..." Eso es prejuicio y tener algo en contra.

Anónimo dijo...

Nononono, me malentiendes. Lo que tu dices que (llamandolo de otra manera) puede hacer otro gobierno, puede hacerlo igual llamandose matrimonio.

Este pone que se entiende por una unión de dos personas sin importar su sexo, el otro pone que se trata de una unión de dos personas de distinto sexo.

"Creo que tú mismo no te das cuenta, pero sí tienes cosas en contra de ellos."

Como dije... como elección sexual, ninguna. Como colectivo, sip.

"Tocar las pelotas es que los obispos de la Iglesia Católica (no civil), que se supone que además no son gays, se echen a la calle a protestar por la forma en que se regulan aspectos del código civil relacionados con personas homosexuales, lugar donde la Iglesia NO PINTA ABSOLUTAMENTE NADA (civil + gay vs eclesiástico + hetero o asexuado)."

Tienes toda la razón... y me cito a mi mismo:

A veces no se trata ya de condición sexual, se trata de afán de protagonismo, y eso no me gusta, ni en homosexuales, ni en heterosexuales, ni en gente bajita, ni en personas con 6 dedos en las manos.

Una cosa es tener algo en contra de alguien, y otra es simplemente, que es diferente (y, obviamente, lo es... heterosexual, no es lo mismo que homosexual... si lo fuera, la palabra no existiría).

Me parece fatal armar revuelo con cualquier cosa, y las manifestaciones por cosas que se pueden arreglar de otro modo, me parecen fatal (no estamos hablando de una manifestación por la paz).

Me dices que el llamarse distinto en la ley les da distintos derechos? En absoluto!

Un hombre y una mujer, se llaman de distinta manera en la ley, y eso (legalmente al menos, la sociedad es otra historia) no les da distintos derechos. Son iguales ante la ley, aunque se llamen distinto.

Un matrimonio podría ser lo mismo que un "matrimonioentrepersonasdelmixmosexo" ante la ley aunque se llamara distinto, y tener los mismos derechos... y con tal de no llamarse "matrimonio", nadie se habría quejado... ni la iglesia, ni el PP, ni nadie en absoluto.

Anónimo dijo...

Simplemente un articulo genial. Decir que una persona "toca los cojones" por tener los mismos derechos que cualquier otra me parecer poco menos que aberrante. Tocar los cojones es salir a manifestarse por este tema con toda la pobreza que hay en el mundo, con todas las guerras que pasan delante de nuestros ojos y con todos los problemas que día a día nos estan jodiendo un poco más, cómo el terrorismo ó el precio de las viviendas. ¿Donde estan los obispos ante estas situaciones? ¿donde estaban en la guerra de irak? Patético.

Anónimo dijo...

Partiendo de la base de que me da igual que los homosexuales se casen o no, me pregunto lo siguiente:

1) Reconociendose como matrimonio las uniones de personas del mismo sexo o no: si yo vivo con un familiar (por ejemplo, un hermano/a), con verdadero amor fraterno (sin ninguna connotación sexual) nos ayudamos mutuamente, nos compramos una casa juntos, cuando somos mayores y uno cae enfermo, el otro se hace cargo de su cuidado: ¿puedo casarme con el/la para tener derecho a una pensión de viudedad?. Al fin y al cabo, ahora, civilmente, un matrimonio es una unión de dos personas (hombre-mujer, mujer-mujer, hombre-hombre) y entre las obligaciones maritales no están la de tener descendencia o relaciones sexuales.

2) En los comentarios que he leido se parte de la base de que nadie tiene derecho a decidir sobre la vida de otras personas (adultas y en su pleno juicio). Entonces: Si una persona adulta, sin ninguna traba física o mental, sabe que no le gusta la sociedad en la que vive (por cualquier motivo: es injusta, violenta, no se adapta a los valores que imperan en la misma, etc.) y decide que no quiere seguir viviendo: ¿puede un médico o una ley impedir que le suministren una sustancia mortal e indolora para morir dignamente?. ¿Por qué existe una ley que impide el suidicio voluntario (y asistido por un médico para evitar sufrimientos inútiles)?, ¿no es eso decidir sobre la vida de otras personas?.