viernes, diciembre 10, 2004

Ruido, mucho ruido

La metedura de pata de los parlamentarios del PSOE, ausentes en la primera votación de la reforma del CGPJ, y la subsiguiente "segunda vuelta" a la remanguillé, ha sido calificada por el PP como un "día negro para la democracia".

Vamos, creo que cualquiera lo suscribiría. Hacer que sea necesaria mayoría absoluta para que se pueda nombrar a los miembros del CGPJ va contra la democracia. Claro, lo más democrático es que se haga por mayoría simple, de forma que sea, en realidad, el gobierno de turno, sin más apoyos que sus mismísmimas narices, el que nombre a quien le salga de las idem.

En el PP están convencidos de que les robaron el 14-M. Que los ciudadanos somos idiotas perdidos (bueno, ahí tengo que darles parte de razón) y los resultados de las elecciones no se repetirían ahora. Por ello intentan debilitar al gobierno multiplicando por mil el ruido de cada queja. Ya han pedido la dimisión de dos o tres ministros, y creo recordar que hasta del presidente; dicen que están acabando con la democracia; que nos hemos enemistado con todo el mundo mundial; que los terroristas islamistas se han crecido gracias a nosotros; que lo del talante es mentira y los del gobierno son unos dictadores. Y más que quejarse en alta voz, no ya es que griten, es que aullan.

La señal de que no lo deben estar haciendo tan mal los del actual gobierno es el tipo de cosas que les hacen poner el grito en el cielo, como si estuviéramos a punto de una revuelta popular o algo así: que si una ministra se queja de que en la COPE den pábulo a unos tipos de mal gusto (los del grupo RISA), que si el pin de Zapatero, que si el miniggtro dice que en la constitución cabe lo que cabe, que si las ministras se echan una foto, que si se levantan y se van porque se va a repetir (malamente) una votación y eso no les conviene, que si Moratinos tiene la indiscreción de decir algo en la tele que, aunque verdadero, no debería haber dicho, etc. etc.

Sandeces, sólo sandeces. Yo esperaba que los del PSOE la pifiaran estos meses y, de hecho, han cometido errores, en la mayor parte de los casos pequeños errores de forma (Moratinos, Bono y sus ceremonias...) que no de fondo (Iglesia, Irak, la TV...).

Pero si uno les oye aullar parece que estuviéramos a punto de echarnos a la calle y sacar los tanques.

Ruido, mucho ruido. Les salió bien el 1995. La diferencia es que entonces estaba la pinza mediática, un gobierno quemado que tenía quemada a la población, un cierto anhelo de rotación democrática, bastantes trapos sucios en el gobierno...

Pero ahora, es a ellos a quienes se les está yendo la pinza. Tal vez les pase como con el cuento del lobo: mucho aullar por sandeces, y lo mismo, cuando venga una barbaridad de las de verdad, nadie le preste atención al aullido.

No por mucho enruidar se gobierna más temprano.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay dos artículos muy interesantes ayer en El Pais, uno "La mentira como virus totalitario" de Paolo Flores ( también está en Periodista Digital) y otro de Soledad Gallego "Lo que dicen de sus oponentes). Creo ilustran bastante la situación actual. Saludos.