Berlusconi, aunque no con la contundencia con que lo hizo ZP, también se baja del burro y dice que se vuelvan para casa los soldados que están en Irak.
En principio, parece lógico, comprensible, e incluso deseable, que un gobierno se lleve bien con el del EEUU. Vale, pero la cuestión está en el precio a pagar a cambio.
Es bueno llevarse bien con EEUU porque se supone que ese país te apoyará cuando tengas ciertos problemas o, al menos, no te boicoteará en asuntos económicos, ni te invadirá, ni te bombardeará.
El problema es cuando tú pones todo de tu parte y el otro, en este caso Bush, lo único que pone es una buena pose para la foto y poco más, pues ni siquiera cumple la parte ésa del "no atacarás a un aliado". Nada, ni eso.
Por ello me pregunto qué sacaba España, vamos, Aznar, haciendo de perrito faldero de Bush, pues lo único fue la foto de las Azores, la de los pies sobre la mesa y un par de declaraciones sobre lo "muy mucho mi amigo que ser Ánsar".
Berlusconi será un sinvergüenza, por no decir un mafioso cuasi plenipotenciario, pero no es tonto. Vio lo que le pasó a Aznar. Ha puesto en un lado de la balanza los beneficios de ser amigo de Bush y hacerle la pelota, y en el otro las movilizaciones ciudanas contra la guerra, contra el envío de tropas, los secuestros, el aumento palpable de riesgo de atentado islamista... Y ahora, el caso de Sgrena ha desequilibrado la balanza hacia el lado contrario. Lo que antes era buen rollito y protección del aliado grandullón ha pasado a ser mal rollo y que te agreda el supuesto aliado. En esas condiciones, como que no vale la pena ser tan pelota.
La diferencia entre Aznar y Berlusconi es que al Italiano le encanta que le hagan las fotos, sean con Bush o con quien sea, pero no por salir con Bush, sino por salir él; a Aznar lo que le fascinaba era esa mano de Bush en su hombro, tanto como para despreciar a su propio país a cambio de sentir ese brazo.
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