He podido seguir algunos momentos de las intervenciones de ZP y Rajoy. No todo, ya lo aviso.
No obstante, me ha parecido que ZP se desenvolvía con solvencia ante las arremetidas de Rajoy. Imagino que ZP salía bien de los envites más que nada porque el su rival iba flojo de astas aunque fuerte de embestida (toma metáfora taurina).
Vamos, que ganas no le faltaban a Rajoy, aunque sí argumentos. Quizá un año ha sido poco tiempo para que ZP y su gente metan la pata en suficientes asuntos y lo suficientemente a fondo como para que los ataques de Rajoy puedan revestir más peligro que fuerza (más astas que embestida).
Mejor que Rajoy no entre al trapo con todo, al menos hasta poder ir mejor armado. Vamos, que espere al año que viene porque ahora tiene poco material arrojadizo. Y no sé si les funcionará ahora meter mucho ruido como hicieron en el 93. En el 93 la embestida era poderosa, pero llevaba peligro, pues entonces iban muy bien de astas, el gobierno de González estaba muy desgastado y había tenido muchos desaciertos que poder arrojarles a la cara.
Por mucho que le duela a la conferencia episcopal y al sector pepero más reticente a la retirada de efigies de Franco, creo que aún no tienen mucho que tirarle a la cara a ZP.
La única esperanza que les quedaba es que ZP no supiera desenvolverse en los medios, por inexperiencia. Pero va a ser que no.
Más bien parece que ZP va ganando de calle el famoso debate que siempre nos empeñamos en juzgar en términos de vencedores y vencidos.
Pero bueno, ya se encargarán mañana de rebatirme el ABC, La Razón e, imagino, El Mundo.
Por cierto, ¿porqué será que me sale la metáfora taurina cuando hablo de estas cosas? Pero si a mí no me gustan los toros...
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