miércoles, febrero 16, 2005

¿A quién le importa Kyoto?

Pues a lo que se ve, a la derecha en general no, y a los liberales y neocons, que parecen ser una rancia subespecie de los primeros, menos aún. Bueno, en realidad, ahora que lo pienso, más que con la ideología política parece que tiene que ver la cosa con el capital. Especialmente con las máquinas de hacer mucho capital. ¿O sí estamos hablando de lo mismo al final?.

Del mismo modo que en algunas partes de EEUU son capaces de comerse con patatas las teorías de Darwin, quitarlo de los libros de texto de sus hijos, y hacerles comulgar con una rueda de molino creacionista, ahora resulta que con lo del calentamiento del planeta van a hacer otro tanto, y quieren colocar la rueda de molino de que de calentamiento nada de nada, que eso son patrañas inventadas por gente muy muy mala que lo único que quiere es que ellos dejen de forrarse achicharrando el planeta.

La ministra Narbona ha sido clara, por no decir preocupante y tirando a apocalíptica. Me temo que sólo ha contado lo que puede pasar en unos pocos años, pues la cosa está bastante avanzada, ya que hemos ido haciendo oídos sordos a los avisos que nos llegaban, tal vez porque a cada grito de alarma salía también un desmentido en sentido contrario que nos hacía más equidistantes.

Lo que pasa es que a veces, casualmente, esos desmentidos aparecen publicados en sitios como Libertad Digital y están basados en informes de expertos, como Stephen McIntyre, que cobran precisamente por decir éso, que reciben un dinero que procede justo de quienes más contaminan, como es el caso del George Marshall Institute, financiado por la petrolera Exxon.

Es decir, que estos informes desmentidores han sido paridos por la zorra que cuida el corral de gallinas.

Lo que no entiendo es el porqué. Bueno sí, el dinero goloso. Pero digo yo que hasta el mayor magnate del petróleo tendrá hijos, cuando no nietos. Y, a lo que se ve, ni todo el dinero del mundo podrá, a este ritmo, darles un planeta en condiciones a sus nietos, no digo ya a sus bisnietos. ¿Para qué querrá tando dinero entonces? ¿Para pagarles una escapada a una colonia en un Marte habitable? Bonito destino para una megafortuna...

Dice el gobierno de EEUU, el país más contaminante del mundo, que no firma Kyoto porque es caro y porque les impediría hacer muchas de las cosas que hacen. Claro que es caro, y claro que no podrían hacer algunas de esas salvajadas. Es que estamos cepillándonos el planeta.

Pero claro, el liberalismo no entiende de menudencias de éstas. Lo que importa es la caja, que esté bien repleta y bien cuadrada (déficit cero lo llaman). Y para cuadrar la caja no se puede tener este tipo de gastos extra e inútiles y, menos aún, dejar de utilizar métodos de producción agresivos y contaminantes, pero que son muy lucrativos.

Pues habrá que elegir (lo digo por ellos, yo poco puedo elegir desde mi humilde teclado): o forrarse ahora (la élite liberal) o, en su caso, al menos intentarlo (los aspirantes a élite liberal) y terminar de cepillarse el planeta; o bien gastar unos dineros ahora y producir más sensatamente (aunque sea menos rentable monetariamente) pero no cargarnos el planeta en unos lustros. Esa es la cuestión. Y claro, trinan, porque prefieren lo primero a lo segundo.

Es algo parecido a lo de China con sus minas. Qué más les da que se les mueran unos cuántos cientos de mineros. ¿Qué precio es ése ante la posibilidad de tener que implantar costosas medidas de seguridad?. Pues nada, que sigan muriendo mineros, que con eso el carbón sale más barato. Pues con Kyoto, igual. Contaminemos, que así ganamos más dinero (los grandes empresarios, quiero decir).

El lema parece claro, además de muy social: Total, cuando yo me muera que les vayan dando a los demás...

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2 comentarios:

javima dijo...

El caso de EE.UU es paranoico e irremediable Juan Carlos. Aunque tampoco debes olvidar que la Unión Europea y más concretamente España, se dedica más a criticar a los altamente contaminantes que a asumir su cuota de responsabilidad. Si no fuera así, ¿entiendes el escasísimo desarrollo de la energía solar tanto a nivel industrial como particular?, ¿o la muy reciente apuesta por la energía eólica?

La verdad es que no entiendo mucho de energías y el protocolo de Kyoto me suena a la supresión de gases contaminantes (imagino abarca más cosas), pero humildemente creo que deberían construirse las viviendas con paneles solares al igual que se construyen con ventanas, más si cabe aquellas unifamiliares o adosadas para aprovechar al máximo los recursos naturales. Si somos tan pijos y tan ricos para tener duplexs, podemos permitirnos hipotecarnos en 9000 euros más, eso te lo da el banco sin leer los papeles.

enigmas PRESS / Gandica dijo...

Que sí, que a quién le importa?
Que ya lo decía SartreY así vamos.