Según Rajoy "hablar con Carod Rovira de ETA no es un tema menor".
Muy mal deben estar en el PP si no encuentran en todos estos meses de gobierno socialista algún sólido argumento para opositar mejor que el seguir intentando hacer daño por ese frente. Se les va a quemar el pastel en las manos, me temo.
Si Zapatero se reúne con Rajoy para hablar de lo que sea, incluida ETA, fantástico; si lo hace con Fraga, fenomenal; que con Chaves, estupendo. ¿Porqué habría de ser distinto con Carod Rovira?. Pues por nada, salvo que el PP sabe que todo lo que sea retorcer el tema de ETA levanta sensibilidades y, con un poco de suerte, unos cuantos votos a su favor, pues todavía queda latente el poso del mensaje aquel de "nosotros somos los que realmente luchamos contra el terrorismo y los demás o son cómplices o hacen la vista gorda".
El sistema está muy visto y ya lo han utilizado previamente: desde que Carod se reuniera con ETA (el muy tontaina), al PP le es fácil hacer la asociación de ideas "Carod se reúne con ETA igual a Carod terrorista; Carod-terrorista se reúne con Zapatero igual a Zapatero terrorista". Es muy burdo, pero el caso es que, hasta cierto punto, funciona el mecanismo inconsciente de asociación de ideas.
Por eso, ahora basta que la reunión entre Rovira y Zapatero no se hiciera con luz y taquígrafos para que los genoveses encuentren argumentos para soltar a los perros.
¿Desde cuando un presidente de gobierno tiene que dar explicación alguna por reunirse con el líder de un partido democrático?. Máxime en este caso, que tienen entre ellos negociaciones y pactos de gobierno.
Parece una sandez más de enmierdamiento y, de paso, un ardid para ver si se habla de otra cosa que no sea la Constitución Europea, y no porque sea ése un tema excitante, que no lo está siendo, sino porque cuanto menos se hable de dicha Carta Magna más probabilidad hay de que la gente se quede en casa o de que vote no, pues, no nos engañemos, es lo que en el fondo le pide el cuerpo a la gente del PP.
Además, utilizan la vieja estrategia, que casi han desgastado estos últimos años, de acusar a los demás de aquello que ellos están haciendo para neutralizar así la posible acusación rival, pues, de producirse ésta, pierde credibilidad ya que "yo lo dije primero y, además, repites lo que yo ya dije". Ambos rivales dicen lo mismo del otro, luego van a ser todos iguales y a ver entonces a cuál creer. Ahora sale Rajoy con que el gobierno está favoreciendo el voto por el no. Manda Trillos.
Rajoy pide el voto para una constitución que no es nada del otro mundo, más bien chapucera (no recuerdo la expresión literal pero algo por el estilo era) con tono de voz más bien cansino, por no decir apático y aburrido. ¿Se imaginan en unas elecciones generales?: "Voten a nuestro partido, nuestro programa no es nada del otro mundo, tirando a cuatro ideas demagógicas, pero deben votarnos a nosotros pese a todo".
A Zaplana lo que le pide el cuerpo es que vayan cuatro gatos a votar la Constitución Europea y, de paso, que voten que no, y lo disimula malamente, por no decir que no lo disimula en absoluto. Todo sea por castigar al enemigo, aunque ello suponga la pírrica victoria de salir todos perdiendo y a hacer puñetas la Constitución Europea. Porque a ver si no de qué esa socarrona sonrisa cuando se cachondea de que, por la "oportuna gripe" o por otra causa, no vengan Berlusconi y Schröeder a un acto con Zapatero para pedir lo mismo que, supuestamente, él también desea.
Pues va a ser que sí... pero... no.
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