jueves, diciembre 25, 2003

El punto de no retorno


En la bitácora de Michael Moore se puede leer el testimonio de soldados americanos destinados en Irak con serias dudas sobre el motivo de su presencia en ese país. Entre otras cosas, podemos leer a un soldado que dice:
“América se ha convertido en 1984. La seguridad de la patria nos enseña a espiarnos unos a otros y hacernos antisociales. Los Americanos están aceptando de buen grado sacrificar nuestras libertades en el nombre de la seguridad, las mismas Libertades por las que estoy dispuesto a dar mi vida.”

Veo que no soy la única persona de este mundo a la que le vino a la cabeza los paralelismos, demasiados, entre la novela de Orwell y la situación que estamos viviendo en la actualidad en muchas partes del mundo.

En España, por el mimetismo de Aznar respecto a EEUU y por el propio talante del gobierno, andamos en la misma línea. Lo más preocupante es la pasividad con la que mucha gente acepta ese recorte de libertades de forma consciente. El gobierno trata de forzar la máquina para el recorte de las libertades, y para conseguir la aceptación ciudadana, tácita o expresa, se esfuerza en meter a la gente el miedo en el cuerpo con el terrorismo internacional, el terrorismo nacional, la desmembración de la patria, la delincuencia callejera, relacionar la inmigración con la delincuencia, etc.

De momento, las libertades se tienen, aunque no se ejerzan. Pero el hecho de no hacer uso de las libertades básicas, o de no hacerlo de forma consciente, puede llevar a infravalorar su importancia; pero cuando éstas se pierden, aunque parezca filosofía de Pero Gruyo, ya no se pueden utilizar. Lo que algunos no parecen tener claro es que, en ese camino hacia la pérdida de libertades, hay un punto de no retorno, del que, una vez pasado, ya no es posible volver hacia atrás.

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