lunes, diciembre 29, 2003

Cuando el amigo debe pasar a ser enemigo


Doblepensar y rescribir la historia

“El Partido dijo que Oceanía nunca había sido aliada de Eurasia. Él, Winston Smith, sabía que Oceanía había estado aliada con Eurasia cuatro años antes. Pero, ¿dónde constaba ese conocimiento? Sólo en su propia conciencia, la cual, en todo caso, iba a ser aniquilada muy pronto. Y si todos los demás aceptaban la mentira que impuso el Partido, si todos los testimonios decían lo mismo, entonces la mentira pasaba a la Historia y se convertía en verdad. ‘El que controla el pasado —decía el slogan del Partido—, controla también el futuro. El que controla el presente, controla el pasado.’”

Las técnicas de doblepensar y rescribir el pasado son muy familiares a los gobiernos de los países paradigmáticamente democráticos. En este caso me quiero referir al encabezado por el Sr. Bush Jr. y a una de sus, también paradigmáticas, tropelías.

Un reciente informe de la asociación Project Censored se hacía eco de un decálogo con algunos de principales atentados contra la libertad de expresión cometidos últimamente. Aunque no tiene desperdicio ninguno de ellos, uno es especialmente orwelliano. Hace referencia a una investigación de Michael Niman acerca del informe sobre armas de destrucción masiva que Sadam Hussein envió al gobierno estadounidense. Del informe que el gobierno de EEUU hizo público faltaban unas 8.000 de las 11.800 páginas del original. Niman afirma que “las páginas sustraídas involucraban a 24 corporaciones con base en los USA y a las sucesivas administraciones de Reagan y Bush en conexión con el suministro ilegal al gobierno de Saddam de multitud de armas de destrucción masiva, así como el entrenamiento para usarlas. El informe original documentaba el apoyo a los programas de armamento de Irak antes de la invasión de Kuwait por Irak en el 90”, tras lo que hace una enumeración de éstos.

No hay problema, sin complejos. Si en el pasado el enemigo actual era amigo y ahora es enemigo, pero no conviene que se recuerde que el enemigo era, en realidad, amigo, pues se cambia la historia y listo. Se borra lo que no convenga, se rescribe el pasado. Y tan contentos.


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