sábado, abril 30, 2005

Asimilación de extranjeros desde el armario

Hoy me van a permitir que me cite a mí mismo.

En relación al tema de las bodas entre personas del mismo sexo y las fichas de jugador extracomunitario en el baloncesto (será aplicable a otros deportes también), puede pasar perfectamente lo que comentábamos en Basketmaníaco. Hecha la ley, hecha la trampa. Les copio:

Bodas entre hombres por convenicencia
No había caído en ello hasta ahora, pero al igual que está poniéndose de moda el jugador extranjero asimilado mediante una boda express el día antes del partido, digo yo que algo así podrían empezar a hacer ahora con la nueva ley que permite bodas entre personas del mismo sexo.

Sé que suena rocambolesco, pero aquí el que no corre vuela en busca de la trampa para la ley recién hecha. Puede sonar a cachondeo, pero no es más que otro resquicio legal por el que poder colar una licencia de jugador nacional.

No sería descabellado que, dentro de poco, empiecen a casarse entre sí los propios compañeros de equipo, uno extranjero y otro español. E incluso que entren en el juego el propio entrenador y, porqué no, el dichoso agente del jugador ansioso por colocarlo.

En el peor de los casos, como también se está reformando la ley del divorcio para fomentar los divorcios rápidos, pues sin problemas: boda en septiembre, juegas la liga en España, y si en junio no hay renovación, pues divorcio rápido y listos.

Además, imagino que sería más dificil propiciar una boda sin amor, sólo por la asimilación, entre un hombre y una mujer, que entre dos hombres. Básicamente me refiero a que en un equipo masculino es más fácil encontrar a otro hombre involucrado directamente en el equipo que a una mujer.

La verdad, con los dineros que se mueven con ciertos fichajes no sería nada de extrañar que se pudiera terminar haciendo este tipo de cosas. Imagino que lo que más costará será el primer paso, la primera pareja del mismo sexo que de el primer paso. No es difícil imaginar el cachondeíto del público, rivales y demás.

Pero claro, rápidamente la cosa correría como la pólvora, pues todos verían que no deja de ser un resquicio legal por el que meter la ficha y ganar unos dineros. Y cuando hay unos buenos dineros en juego ya sabemos cómo es el género humano...

¿Que no es ético?. Pues no, pero no sería más que otra de las muchas cosas poco éticas que ve uno cada día, y no de las peores.

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