miércoles, septiembre 29, 2004

Al que le gusta dar, no le gusta recibir

Son ya casi dos milenios los que la Iglesia Católica lleva viviendo del cuento. Su aparato propagandístico, mediático y manipulador se ha mostrado como el mejor del mundo a lo largo de la historia.

La gente, de siempre, ha necesitado creer en algo que se le escape a la lógica, ya sea en el Gran Hermano, ya sea en los telepredicadores, la parapsicología o en el Dios de toda la vida.

La Iglesia Católica se ha aprovechado de la pereza intelectual de la mayoría de la gente, incapaz, no ya de poner en tela de juicio los cuentos que aparecen en la Biblia, sino tan siquiera de contrastar esos cuentos con los que vienen en los catecismos, pues resulta que éstos, simplemente, mienten respecto a lo que se supone que dice la Biblia. Al respecto resulta interesante el libro de Pepe Rodríguez "Mentiras fundamentales de la Iglesia Católica".

Así, su papel hasta ahora ha sido, y lo seguirá siendo, no obstante, el de situarse en un plano de superioridad respecto del resto de la sociedad, por encima del bien y el mal, procurándose posiciones de privilegio respecto del resto de organismos, infiltrándose incluso en los mismos estamentos de poder a través de alguna de sus ramificaciones más militantes, tipo Opus Dei.

Pese a su gran poderío, como toda gran maquinaria, tiende a ralentizar su maquinaria, oxidarse y ensoberbecerse. Por ello, ahora, tras tener una posición de total privilegio en el Estado Español, supuestamente laico según la Constitución, se ven ante la posibilidad de perder, no ya todos, o la mayoría, sino unos pocos de los privilegios que tenían. Y claman al cielo, nunca mejor dicho.

La reforma de la Educación que aborda el gobierno español, en cuanto a Religión, a fin de cuentas, más que una revolución, no deja de ser un simple y pequeño arreglo, para situar al Estado un poco más cerca del mandato constitucional de laicidad. El resto de religiones no pasarán a tener, ni muchísimo menos, un papel relevante ni nada que se le parezca. El gobierno simplemente quiere quitar el la idea de "imponer" en la enseñanza de la Religión y, de paso, educar a nuestros menores en algo tan necesario como es la historia de las religiones o historia del pensamiento religioso, o como se le quiera llamar. Pero eso sí, no desde el punto de vista catecumenal.

Además, ese tipo de formación catecumenal que no quieren ver desaparecer en el clero, dentro de un marco de formación más o menos científica, tira por la borda todo el proceso formativo. Se mezcla la aceptación por fe de cuestiones metafísicas, poco creíbles desde el punto de vista científico, con la formación en ciencias y en pensamiento crítico.

¿Cómo se puede pedir a unos estudiantes espíritu crítico ante la ciencia y la vida si, al mismo tiempo, se les obliga a hacer un ejercicio de memorización y aceptación acrítica de cuestiones fuera de todo rigor?. No deja de ser un ejercicio de doblepensar.

No debería extrañarnos que luego, al llegar a la universidad, esos alumnos, ya más creciditos, acepten sumisamente encontrarse con cierto tipo de profesores, del prototipo Smoke Seller (en inglés viste más, Grijelmo dixit) en, por ejemplo, carreras como periodismo. Se les llena la boca de "espíritu crítico" ante las fuentes, noticias, medios, y ante la vida en general. Ésto, además lo recitan dictando una palabra tras otra, para que sean copiadas y memorizadas acríticamente por el alumno, para luego ser reproducidas literalmente en el examen, que es el verdadero momento de los premios y castigos. Se premian, así, los peloteos ancestrales y los silencios sumisos, y se castigan y silencian los verdaderos espíritus críticos, para nada queridos en realidad, sobre todo si son críticos también con el profesor o con su "dictado". Todo era un puro ejercicio de cinismo. Y los alumnos, en otro acto de cinisimo, o simplemente de sumisión, no dejan de ir a clase, ni se rebelan. El profesor tampoco, claro. Él, además, cobra por hacer lo que hace.

Pues ya me dirá vd., si no es con un ejercicio de doblepensar, cómo se conjuga la memorización acrítica y el espíritu crítico.

6 comentarios:

Unknown dijo...

Lo que siempre me ha sorprendido de la izquierda es el odio. Me parece que tu artículo está demasiado lleno de adjetivos y slgans y pocos argumentos concretos. Me gustaría algo más desapasionado y racional. Las críticas son constructivas, los insultos destructivos.

Isidro
Un blogger del otro lado de la baranda.
Ah! si quieres visitar el mío:
http://diletant.blogspot.com/

Juan Carlos García Gómez dijo...

¿Odio?. No hombre no. Vehemencia tal vez, y no cortarme un pelo, también. Pero odio e insultos no. Dime uno sólo.
¿Decir que la iglesia vive del cuento?
¿que mienten en los catecismos respecto al mensaje de la Biblia?
¿Que el Opus Dei es otra especie de Gran Hermano?

Precisamente lo que pretendo es que esa institución esté al mismo nivel que otras en un estado de derecho, y ello implica poder hacer un crítica como a cualquier otra. Eso es lo que hago: una crítica como a cualquier otro partido político, o representante o quién sea. Sin el privilegio de no poder recibir esas críticas.

Juan Carlos García Gómez dijo...

Y por cierto, no renuncio del todo a cierto grado de insulto a persona o institución si así se terciare en algún artículo (con Bush ando ahí ahí), pero no ha sido este el caso.

E. dijo...

Para no ocultar datos me crie agradecidamente en un colegio de curas y me gustaba, y me gusta que me gustara, probablemente mis hijos iran al mismo, no obstante tambien es cierto que no pertenezco a ninguna asociacion, partido politico, congregación, secta o demás distinta a la de la iglesia católica general sin más afiliación que la de cualquier bautizado. Ahora bien desde dentro de la iglesia y del mundo educativo me gustaria aclarar un par de cosas que opino, y como yo muchas otras personas.
Primero: Considero que el problema de la educación en España no es, lamentablemente, que se imparta la asignatura de religión o no, el problema es el modelo de estudios, un modelo que no exije esfuerzos ni da recompensas, un modelo en el que no hay dinero para aplicar un sistema que exije practicamente un nivle de conocimientos por alumno, la ESO utopicamente no es mala pero no hay medios ni humanos, ni materiales, ni económicos. Un modelo que además permite que gente que no quiere estudiar vague por las aulas sin beneficio personal y con perjuicio para sus compañeros. En cuanto al tema de la asignatura de religión opino que debe estudiarse la historia de la religion como debe estudiarse la historia de la arquitectura, historia de la tecnología o historia del arte, porque son aspectos de la humanidad que deben conocerse para entender la historia en su conjunto y las relaciones causa-efecto que se produjeron. En cuanto a que un joven profese una religion u otra debe ser cometido exclusivo de la famila, la parroquia o los centros destinados a ellos (escolares o no) es decir la religion debe ser un asunto de opción personal y no de coaccción social.
Segundo: Desde mi punto de vista el Opus Dei no es la Iglesia Católica sino una parte de ella y a mi entender una pare que le hace un flaco favor, poner al Opus Dei como ejemplo de cualquier asunto dentro de la iglesia católica es como decir que todos los americanos son malísimos porque Bush es un indeseable.
Bueno en resumen y como a buen seguro compartiras, en la iglesia católica existe buena gente que hace mucho por los demás y que es bastante tolerante con el que le rodea, fijemonos en ellos y no en los que pretenden ser el centro de atención, no les sigamos el juego, démosle la vuelta a la situación. Y desde la libertad que cada uno elija lo que quiera.

Juan Carlos García Gómez dijo...

Ufff, lo de la ESO en general tiene miga, y mucha, como bien dices, Enrique.
No creo haber identificado Opus Dei e Iglesia Católica, aunque sí lo he puesto como ejemplo de una parte ("ramificación" creo que escribí) no del todo, y de una parte mala, en mi opinión, claro.
También es cierto, como dices, que hay de todo. Tengo tendencia a pensar que hay más bueno por abajo que por arriba, como en casi toda gran jerarquía.
Y espero que haya quedado claro que critico la institución y, por tanto, los palos van más a las altas jerarquías que a los que, desde abajo, se dejan la piel por sus ideales con bondad y buena fe, que por supuesto, los hay, aunque yo no crea en lo que predican.
En este blog me fijo en quien me apetece, que no son los que me cuentas, sino los otros. Yo no tengo porqué contar una de cal y otra de arena. Es decir, no tengo porqué venir a defender a todos los justos que hay en el mundo. No era esa la idea, sino la contraria, criticar a los injustos. Sólo espero que no haya parecido que arremeto también contra los justos.

Juan Antonio dijo...

Yo que sé de lo que va este asunto engarzaría los dos extremos de tu comentario.

¿te imaginas al smoke Seller dando clases de religión?

Bueno, entrando en materia. En cuanto al tema del "espíritu crítico", explícame quien es el guapo que le pone el cascabel al gato. Más de uno estamos deseando hacerlo, porque ya me dirás tú que relación tenían los contenidos de determinada asignatura con el nombre de dicha asignatura...y si hablamos de aptitud y de ineptitud, ni te cuento...pero bueno dejémoslo estar que ese es un tema del que ya hemos hablado muchas veces en persona.

En cuanto al tema central de este mensaje,ya sabes lo que opino, estoy a favor de que se den clases de mitología cristiana, como de mitología azteca, griega, hindú o escandinava, porque eso forma parte de la cultura...otra cosa es el trasfondo evangelizador de dichas clases. Unos creen en la Santísima Trinidad y otros creen en la existencia de las Gorgonas más allá de las columnas de Hércules, y tanto unos como otros me parecen igual de respetables...otra cosa es aprovechar la mitología para vivir del cuento como hacen algunos espabilados.