Tras oir por quinta vez al Ministro de la Verdad, Sr. Zaplana, afirmar que Aznar no dijo nunca que hubiera armas de destrucción masiva en Irak llegué a dudar de mi memoria. Juraría haber oído decenas de veces a Aznar llenarse la boca con las dichosas armas de destrucción masiva pero, ya que el Ministerio de la Verdad repite una y otra vez que no fue así, uno duda de su buena memoria y de su lucidez. Hasta me puse a pensar si no será verdad que nunca hubo mención a las armas de destrucción masiva como excusa para que el trío de las Azores invadiera Irak.
Afortunadamente hay hemerotecas y fonotecas donde se constata lo contrario. Menos mal, porque si, como ocurría en el mundo orwelliano de 1984, se llegan a modificar también las hemerotecas me hubiera creído que nunca dijo que Sadam tuviera armas de destrucción masiva. Lo que me pregunto es si el resto de la población española, a un mes vista de las elecciones, se ha preocupado de revisar esas hemerotecas y terminará creyendo a Zaplana.
Claro, y al final resultará que la culpa es de los servicios secretos por acatar las órdenes de sus respectivos gobiernos y maquillar o falsificar los informes para que dijeran lo de las armas, y de los periodistas que lo cuentan. Bueno, esto último no va por el Sr. Urdaci, claro.
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